los ojos NO son la ventana del alma, son la alcantarilla.

21.2.08

(Untitled)


Este era un compadre super raro, se encontraba en un estado de hibernación emocional, sentía que esperar era lo único que podía hacer (ya llevaba mas de un año haciendolo). Ya estaba asqueado con el típico juego del coqueteo forzado, vulgar, la seducción calculada no era lo suyo, en realidad, ningún tipo de seducción parecía serlo, quizá por falta de (des)confianza. Es que se sentía fuera de lugar la mayoría del tiempo.

El sabe que ese encuentro con ella, ese día en que el no paraba de hablar, fue eso mismo, es mas, ella se lo dijo -“esto es solo algo físico”-. Nunca creyó, quizá por algo que le dejo su eterna amiga, la Tele, que los encuentros fisicos son solo eso, “siempre algo mas alla te queda”, decía para si mismo, no tenia a nadie a quien decirselo.

Nunca creyó que por solo esa salida el quedaría tan afectado, -“olvidame”- ella se lo repitió como tres veces camino al metro, mientras lo besaba apasionadamente. Al otro día pensó en tirar una moneda, para que la suerte decidiera si ir a buscarla al trabajo o no, no lo hizo, se arrepintió, no tenia a nadie a quien decirselo.

Quizá este compadre esta equivocado, no debería pensar mas en eso, debería dejarlo pasar, como todas las cosas que poco a poco se nublaban en su cabeza.

El sabia perfectamente que ella ya lo había olvidado, ella nunca iba a gastar tiempo en pensar en él, es que se lo dijo ese día, -“esto es lo único que va a haber entre nosotros”- es que por un momento este compadre despertó de su hibernación. Por eso no dejaba de pensar en ella.

Ella era un sueño para él, es una pena que se vea (auto)obligado a olvidarla, a dejarla ir de si mismo. A el le gustaría que el poco tiempo que le queda, disfrutarlo a su lado, era un compadre super raro, como alguien puede anhelar tanto el tener mas recuerdos de ella, si sabe que tendrá que olvidarla.

Ese es el asunto, la ambición de recuerdos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me gusta la imagen de "ambición de recuerdos", es como el vicio de la memoria.

¡Qué bueno que sigas escribiendo! Pasaré a leerte, aunque sea un baño en lentejas jajajaja